PERFIL: DISEÑANDO EL ÉXITO
De acuerdo a Global Entrepreneurship, en el Perú el 75% de los microemprendimientos son realizados por mujeres, sin embargo no todas prosperan pues se enfrentan a la falta de oportunidades. María Rengifo es una de aquellas que contra todo pronóstico logró el éxito.
Redacción: Guadalupe Gamboa
Desde pequeña, en su natal Iquitos, María sintió el deseo de crear y sobresalir. La costura es algo que viene en su sangre. Su familia tenía un pequeño taller de confecciones, lugar donde pasó su infancia y aprendió las bases de la moda, que la inspiraron a idear su propia marca: Secretos de Mar. Sin embargo en su pueblo carecía de posibilidades para el diseño de modas.
Mientras los años pasaban el sueño de María se iba alejando. En sus cuarenta, casada y con cuatro hijos pensaba que sería complicado seguir imaginando en un futuro de pasarelas. La falta de apoyo de su esposo la llevó a separarse de él y mudarse con sus hijos a la gris Lima, donde todo era desconocido. “Yo sufrí mucho cuando vine acá porque estaba limitada a muchas cosas pero nunca he perdido las ganas de salir adelante” recuerda María, mientras observa sus diplomas, trofeos y recortes de prensa apilados en su escritorio. Con cierta melancolía también recuerda lo sucedido tras culminar sus estudios, sus sueños se desvanecían, pues nadie quería contratarla por no tener experiencia.

Desde pequeña, en su natal Iquitos, María sintió el deseo de crear y sobresalir. La costura es algo que viene en su sangre. Su familia tenía un pequeño taller de confecciones, lugar donde pasó su infancia y aprendió las bases de la moda, que la inspiraron a idear su propia marca: Secretos de Mar. Sin embargo en su pueblo carecía de posibilidades para el diseño de modas.
Mientras los años pasaban el sueño de María se iba alejando. En sus cuarenta, casada y con cuatro hijos pensaba que sería complicado seguir imaginando en un futuro de pasarelas. La falta de apoyo de su esposo la llevó a separarse de él y mudarse con sus hijos a la gris Lima, donde todo era desconocido. “Yo sufrí mucho cuando vine acá porque estaba limitada a muchas cosas pero nunca he perdido las ganas de salir adelante” recuerda María, mientras observa sus diplomas, trofeos y recortes de prensa apilados en su escritorio. Con cierta melancolía también recuerda lo sucedido tras culminar sus estudios, sus sueños se desvanecían, pues nadie quería contratarla por no tener experiencia.
A diario se sumergía en el caos de Gamarra buscando una oportunidad, hasta que tras meses de angustia, en una de esas caminatas al emporio comercial más grande del país conoció otro lado del diseño, que cambió por completo el rumbo de su vida. “Me di cuenta que eso de las ropas de baño jamás lo había hecho, pero era en ese momento para mí la solución. Ya era una diseñadora de modas, pero no tenía experiencia en trabajo con empresas. Entonces dije no, mejor pongo mi propia empresa” cuenta María mientras su tez canela es iluminada por el inesperado sol limeño.
Inició hace poco más de 8 años convirtiendo un cuarto de su hogar en un pequeño taller con unas máquinas de cocer y remallar que financió con la ayuda de una amiga. Hasta ahora mantiene ese iluminado espacio que da directamente a la concurrida Avenida Perú, se siente más cómoda ahí, es su hogar. Además cuenta con una oficina donde prefiere recibir a todos sus clientes. A sus 51 años ha conseguido hacerse de un nombre en el diseño de ropas de baño, especialmente como distribuidora en los certámenes de belleza, entre ellos el más conocido del país, el Miss Perú.
Mientras coce una pieza fucsia en una de las tantas prendas para un desfile, María narra cómo estuvo dispuesta a regalar sus creaciones para lograr un lugar en el mundo de la moda. “Empecé con un productor que es director del Miss Lima, Pierre Pflucker, me dio la oportunidad de participar en sus eventos pero nadie me conocía. Regalaba hasta 35 ropas de baño para que me den la oportunidad. A raíz de eso trabajé ocho años con este chico en todos sus certámenes y gracias a eso me buscaron del Miss Perú”
La determinación puesta en su marca y el prestigio obtenido con el Miss Perú, han incrementado el éxito de María. Ahora el menor de sus hijos le ha seguido los pasos, ahora estudia diseño y apoya a su madre con las creaciones de su marca, las cuales hacen a pedido. A partir de este año no tiene tiendas en Gamarra, pues le resulta más rentable manejar su propia cartera de clientes y promocionarse a través de redes sociales. María no se arrepiente de las decisiones que tomó, son su inspiración para seguir mejorando.