GARY CORREA: "LA COPA SUDAMERICANA ES UNA OBSESIÓN"
"LaPepa.com" entrevistó al mediocampista de la Universidad San Martín, quién nos contó acerca de su buena temporada con el equipo santo, una posible clasificación a un torneo internacional y sobre su futuro.

Redacción: Mauricio Ubillús.
La labor de un periodista los días domingo suele comenzar un poco más tarde de lo normal. Generalmente los fines de semana se dan noticias de ámbito deportivo y cultural, que no son de tanto interés nacional. Sin embargo, ese 7 de octubre, la política fue el tema principal ya que las elecciones municipales estaban por comenzar a primera hora del día.
Uno está acostumbrado a seguir toda la jornada electoral en dos puntos: en el local de votación por unos minutos, y en tu hogar viendo el desenlace del mismo. Pero esta última elección, cambié mi casa y mi celular por un salón de clases, dos compañeros, muchos personeros y una jornada larga, donde el agotamiento mental está más que asegurado.
Ya eran las siete, y ya estaba despierto, tomando un desayuno ligero y tratando de superar el cansancio. 45 minutos después, listo completamente, inició mi aventura, caminando solo una cuadra para entrar al local de votación, cosa que no fue problema.
El aula 607, en el segundo piso del pabellón 600 de la I.E Jorge Chávez de Surco sería mi hogar por las próximas 12 horas. Con la cartilla de instrucciones en mano, entré al colegio muy temprano. Lo primero que recibí, fue un boucher donde indicaba donde era mi mesa, cosa que no le tomé importancia porque ya sabía el lugar donde tenía que ir.
Desde este momento, ordenaré mi experiencia en tres partes: El inicio, el intermedio y el final. Cada una con muchas anécdotas que resumiré en las siguientes líneas.
El inicio:
Gracias a Dios, los seis miembros sorteados estuvieron, algunos impuntuales como siempre ocurre, y arrancamos a las 8:30 con la instalación, proceso que pudo ser más rápido si el presidente conocía como era el funcionamiento de la cabina de votos electrónica. Por suerte, la preparación adquirida semanas atrás fue de ayuda para completar la instalación en 10 minutos.
A las 9 de la mañana, ya habiendo votado por ser secretario de mi mesa, arrancó el tiempo de votación. Durante las tres primeras horas, las colas no paraban sin cesar. Fue ahí que conocí a mi gran amigo, el disparador laser de DNI, que identificaba la identidad de los votantes. Recién a la 1 de la tarde, bajó un poco la afluencia de público.
El intermedio:
Acá, el cansancio comenzaba a notarse en mi rostro y de mis compañeros. La ONPE, fiel a su estilo, entregó pasado el mediodía una bolsa con alimentos que no calman el hambre por el poco contenido que había. Por suerte, mi casa estaba al frente, y mi madre fue para darme un taper, tipo Keiko Fujimori, con una buena porción de arroz chaufa, el cual recién pude comer a las 2, porque la gente seguía votando.
El final:
Ya siendo las 3:59, un minuto para que se cierre el sufragio, llegó la última persona corriendo como loco para votar. En ese momento, mi cabeza solo pensaba en acabar rápido y retirarse. El señor colocó su boucher de votación a falta de cinco segundos del flash y se fue. Yo mientras, como todo periodista, con el celular escuchando el flash a través de una aplicación de televisión.
Mis compañeros, hartos de todo este día, pensaron que se había acabado todo, pero no contaban con la mala suerte de ser una de las 10 mesas elegidas para hacer el reconteo de votos. Enterarnos de eso fue como un baldazo de agua fría.
No quedaba otra, y dos horas más contando nuevamente los 249 votos de 300 personas que tenían que sufragar en mi mesa de votación. La ola Muñoz llegó fuerte en todo el distrito, y eso se hizo notar cuando observé que el candidato de Acción Popular ganó por más de 100 votos en mi mesa. Además, la sorpresa me llevé cuando vi que el candidato a la alcaldía de Surco por el partido de la “lampa” había ganado sin ser conocido.
Ya con los ojos rojos, y siendo las 7 de la noche, cerramos la mesa con los resultados, imprimimos nuestros certificados de la ONPE y cada uno se fue para su casa. El día terminó para mis compañeros, pero una anécdota hizo que mi día recién acabase a las 9 de la noche.
Ser olvidadizo es parte de mi vida, y olvidarme el DNI en el salón donde estuve no fue sorpresa. De manera heroica regresé al colegio, donde recogí después de unos minutos ese preciado documento azul, importante para todos.
Así acabó el día electoral. Por fin conocí que es ser miembro de mesa en una jornada llena de información y de sorpresas. Pensé que nunca más volvería a serlo, pero solo puedo decir, nos vemos en diciembre ONPE, pero esta vez como miembro de mesa del referéndum.